04 agosto 2008

Cerrar los ojos para no ver quién te está mirando. Te dice cosas lindas, pero a vos sólo te produce rechazo; tu cara ni se inmuta, pero tu alma se incomoda. Cerrar los ojos para no verla desnuda; porque ya no tenés la más puta intención de estar con ella así en ese lugar, pero tampoco te nacen las ganas de irte, de ponerte los pantalones, atarte el pelo enrulado despeinado y decir hasta luego o simplemente callando palabras.
Cerrar los ojos para no ver qué te está diciendo, para no prestar atención y ser un hijo de puta más. Cerrar los ojos para poder imaginar que te lo dice Ella, la que realmente querés, la que realmente te importa; la que sabe como decirlo, diciéndolo de esa forma que te deja perplejo, que te deja sin respiración y con la sonrisa más hermosa.
Cerrás los ojos porque no querés ver esos ojos mirando a una persona tan desagradable, como vos, que está pensando en la verdadera Mujer y no en este intento de replica que ni los suspiros te producen cosquillas.
Cerrás los ojos porque no querés ver el techo para no imaginar desde arriba tu asqueroso cuerpo acostado en esa cama que no puede cobijarte sin hacerte pensar en la mierda que sentís por dentro.
Y cerrás los ojos y sentís asco, y sentís mierda, pero realmente no te nace ni una puta gana de abrir los ojos, levantarte y cerrar la puerta detrás de ti.

Cerrás los ojos porque esas ganas no nacen, no emergen, simplemente son pequeñas semillas que no van a florecer; entonces te sometés a la noche y acompañas cabizbajo al nacimiento de un nuevo recuerdo donde otra vez ni siquiera llegaste a un maldito orgasmo.

Por inercia estúpida, sumisa y un poquito de respeto te queda abrir los ojos de vez en cuando, hasta que pase todo eso, hasta que esa desnudez ajena de dicha nena se mueva a un costado: hasta que todo pase, te vistas, te tomes un colectivo y llegues a casa para sentarte y escribir un recuerdo más de decepción de cuerpos, porque tu Mujer no existe, porque las niñas buscan una ternura que a vos te desagrada, porque la ternura de Mujer que te apasiona hace mucho no te saluda.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Había escrito mucho. El blog no lo publicó. Intentaré nuevamente.
Creo que es un sentimiento compartido el tuyo. Muchas veces eso que creiamos buscar y nos maravillaba de golpoe no provoca nada en nosotros. La búsqueda de ese alguien compatible, aunque sea por unos minutos, a veces se vuelve trágica, triste, pero es una búsqueda legítima y no por ello simple. Después del sexo es donde afloran las individualidades y nos olvidamos de que por un isntante pudimos ser uno, sin sentirnos incomodos, y necesitamos que pasen rápido los minutos, que el otro se vaya, aunque en realidad ya estamos solos. Sin el orgasmo el sexo puede transformarse en puro deporte sinsentido, que sólo sirve para recopilar experiencias de decepción de cuerpos, como muy bien supiste decir. Pero creo que eso que queremos o necesitamos, aunque no tengamos la certeza de qué es va a llegar y que va a reconfortarnos, aunque sea un instante.

Anónimo dijo...

fuerte...

Christ dijo...

Cerrar los ojos es perder...

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