te vas desvistiendo
y mis miedos
vencidos por
el olor de tus sueños.
otra madrugada
con tus mejillas
sin frio besando
mis manos.
y vos
y tu ropa
contra la pared.
y vos
con mis deseos
en tu piel.
29 junio 2006
13 junio 2006
seis, ojala que no sean siete.
En mis seis días sin vos el café se terminó de enfriar, terminé las últimas páginas del libro que me regalaste para nuestro aniversario, y hay más correspondencia que nunca debajo de la puerta. Seis días perdidos en el calendario, en mí; se parecieron a seis años interminables hirientes en espacios vacíos sin más de un color y más de mil voces alrededor.
Me desperté, soñaba que me despertaba y vos me besabas con tus ojos cerrados, tu cuerpo inmóvil y la sabana arrugada. Pero me desperté con ganas de seguir durmiendo, de seguir soñando con tus besos olor a utopía. Me desperté y la sabana perfectamente imperfecta dibujaba en blanco la ausencia del cuerpo desnudo, la ausencia tuya en mi despertar matinal.
Tal vez estabas en el baño, o en la cocina, pero esa intuición o mejor dicho, inseguridad que tanto detestas (¿me obligo a decir detestabas?) me hizo temer lo que en los últimos meses había dejado de ser una pesadilla. Parecía todo tan equilibrado , ¿cuándo fue la ultima vez que me abrazaste y me cuidaste después de mis ataques? Tanto tiempo, no recuerdo con exactitud. Una película de terror en mi propia casa, en mi cama. Pero me quedé, me quedé acostado viendo tu lado de la almohada. Tres, cinco horas, toda la mañana y parte de la tarde. ¿En qué pensaba? O ¿no pensaba y en realidad me había quedado dormido con una porción de vigilia que me engañaba y decía que en realidad ya me había despertado?
Creo que sentí una presencia del lado de la ventana, en el balcón. En un giro interminable en grados infinitos, con los ojos abiertos distinguía el ventilador parado, pero a la vez se movía, por segundos en movimientos a la velocidad de la luz, por otros segundos volvía a su reposo.
En el techo una luz que yacía apagada, las manchas de humedad convertidas en estrellas brillantes haciéndose notar en el momento. Algo encandilado cierro un poco los ojos y sigo girando mientras espió la habitación hasta dar el giro completo y llegar a la ventana. Seguía sintiendo una presencia, un lindo olor. Me está pasando exactamente lo mismo, ahora, pero todavía no levanté la vista. Es que ya conozco los actos presentes siguientes.
En esa mañana las cortinas se trasparentaban en lo grisáceo del cielo, vi el borde del balcón desde mi cama. Lo vi y no. No había nada. Pero el olor no venía de allá afuera. No sabía distinguir de donde procedía.
Me costó un mundo levantarme ese día, me quedé viendo las paredes y sus irrisorias formas que hace años eran monstruos y vos me enseñaste a pelearlos y a abandonarlos.
¿Por cuántos días no había ido a trabajar? ¿ y salir? Era raro, pero sabía que no ibas a volver, es que tus polleras ya no opacaban y robaban importancia a mis camisas. ¿y tus llaves? Sobre la heladera.
Lo se, pude haberte llamado en estos seis días de ausencia tuya. También se que ahora mismo podría llamarte. ¿Sabes lo que pasa? Que mi debilidad al hablar hoy, o en estos últimos seis días se volvió un tanto frágil, un tanto vulnerable. Podes imaginarte, que si al decir “te quiero” me temblaba la voz y el cuerpo; ahora si pronunciaría mis deseos de que vuelvas, me caería de rodillas, quien sabe si llorando..
11 junio 2006
elije tu propia aventura.
empeza a leer desde abajo de todo, porque
oh casualidad que todo lo de hoy
empieza justo ahi abajo.
entonces si quiero decir algo mas
no voy a poder, porque romperia esa casualidad,
y tambien, oh casualidad, que me fije recien
y no despues de este.
si me hubiese fijado romperia esa casualidad
hermosa de que todo quede en el momento, tiempo
y espacio justo, que tiene que ser leido.
empeza de abajo, aunque seguro ya leiste esto
si leiste algo arriba de esto, esa casualidad no nos compete a los dos.
que feo eso, o no?
tengo el pelo un poco raro,
no se si grasoso, o que.
pero lo necesito cortar.
estaria bueno pelarme,
pero tendria mucho frio
y los tres escalofrios
por minutos, que se originan
en el frente de mi cabeza,
se volverian primos de otros
diez mas.
tendria mucho frio.
pero me quiero cortar el pelo
no se que decir.
no se que hacer.
un poco corto
ya no me gusta el pelo asi.
ya no me quiero peinar mas,
ya no quiero darle importancia.
aunque ultimamente se para
y queda alto, y quedo extraño del mundo
y queda mas visto que nunca,
y queda.. y queda ahi.
a veces no me importa tener el pelo asi
pero hoy me lo quiero cortar.
seguro que mañana me arrepiento,
por suerte las peluquerias cierran los lunes,
por suerte no perdi toda la cordura
para que me lo corten mis propias y feas manos.
07 junio 2006
llevas puestas unas ojeras
que a veces te impiden
respirar con serenidad.
las llevas en el tren, y
en un viaje a pensar.
donde sabes que estoy
sintiendo esto de querer
volver a ver
tu inexplicable forma
de querer ocultartas
sin torturarte que
cuando el sol salga
tu maquillaje tambien lo hara.
tantos parpados, y ningunos
tan suaves como los tuyos.
mejor no hablar de expeciales,
de bonitos, de sensibles.
porque sonaria tonto si digo
todo eso de tus parpados, cuando
se complica que cierres tus ojos.
porque queres ver todo,
porque queres visualizar
cada beso, cada caricia,
cada segundo de mis ojos viendote.
cerra los ojos, te prometo que
yo tambien los cierro.
no te incomodes, no soy tramposo.
solo me voy a quedar
viendote un poquito,
ahora los cierro.