Te voy a mirar ahí en la sombra, agazapado, vos inerte, yo hiriente. Giro en el cielo, a tus pasos me muero. Escucho, miro, qué hago, qué digo. Nada. Nada. Nada. Te miro, me doy vuelta, escapo. Me escondo, lloro, grito, me tranquilizo. Vuelvo. Te miro, te escucho. Te miro. Antes tonto. Hoy distante. Te miro. Te escucho. Me escondo. Tu voz inerte. Ciego. Algún día fui amante ingenuo. Hoy desalmado, sin sombra. Te llevaste todo. Pero te miro, te veo. Giros en el cielo, y yo sigo muriendo a tus pasos. Tu ropa intacta, la mía arrugada. Ya no más amable. Atolondrado, estúpido, asqueante. Qué hago. Qué digo. Te voy a mirar ahí en la sombra, tímido. De lo más profundo, con ganas de que te vayas. Pero no digo. Nada. Me callo. Te miro. Te escucho. Espero, que te vayas. Te lleves tus cosas. Pero me dejes, acá. Solo, como el día que miraste al costado. Y me dejaste. Atolondrado, estúpido, asqueante.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario